Para
precisar el grado de dispersión de la población en los municipios de la Sierra
de Cazorla y por tanto para averiguar la forma y naturaleza del hábitat se
utilizan diferentes índices matemáticos. Uno de ellos es el de Demangeon. A
través de este índice, se puede concluir si un hábitat rural es concentrado,
disperso o intercalado. El autor lo diseñó de acuerdo con la información que
aparece en los censos franceses, donde se dan dos cifras para el volumen de la
población de cada municipio, una para el lugar principal y la otra para los
écarts o población dispersa, denominadas entidades en el Nomenclator español.
Este
índice pone en relación las poblaciones totales de una comunidad, la población
que vive en diseminado en ella y el número de entidades dispersas. La formula
es la siguiente:
K= (E·N)/T
En la cual:
K= Índice de
Demangeon
E= Población
total en diseminado
N= Número de
entidades diseminadas
T= Población
total del municipio
Una
vez calculado el índice, hay que conocer los valores de referencia para
establecer si el resultado es alto, normal o bajo, y calificar el hábitat como
disperso o concentrado. El propio autor estableció unos límites, no muy claros,
pero que sirven como referencia:
0 a 0,1
Concentración máxima
0,1 a 1 Concentración
normal
1 a 50
Dispersión normal
50 a 100
Dispersión máxima
Estos
valores permiten la representación cartográfica de los datos obtenidos, para
ver gráficamente el grado de concentración y dispersión que predomina en un
territorio. Además se puede poner en relación el hábitat con factores que
afectan a su distribución.
En el mapa anterior, se muestra el grado de concentración y la dispersión de los municipios de la comarca de la Sierra de Cazorla mediante el índice Demangeon. En este caso, la mayoría de los municipios presentan una concentración normal, aunque también nos encontramos con algún municipio con una dispersión normal, como Quesada (1,71) o La Iruela (1,8) e incluso un municipio, Peal de Becerro (0,08), con una concentración máxima. Son interesantes los casos de Quesada, con una población de 5841, de los cuales, 669 son población dispersa, repartidos en 15 entidades diseminadas. El valor de Demangeon resulta 1,71 (dispersión normal), un valor inferior al que se podría prever dada la cantidad de entidades dispersas.
En el mapa anterior, se muestra el grado de concentración y la dispersión de los municipios de la comarca de la Sierra de Cazorla mediante el índice Demangeon. En este caso, la mayoría de los municipios presentan una concentración normal, aunque también nos encontramos con algún municipio con una dispersión normal, como Quesada (1,71) o La Iruela (1,8) e incluso un municipio, Peal de Becerro (0,08), con una concentración máxima. Son interesantes los casos de Quesada, con una población de 5841, de los cuales, 669 son población dispersa, repartidos en 15 entidades diseminadas. El valor de Demangeon resulta 1,71 (dispersión normal), un valor inferior al que se podría prever dada la cantidad de entidades dispersas.
En la siguiente tabla
podemos observar los datos obtenidos en el índice de Demangeon:
Municipios de la Sierra de Cazorla
|
Índice Demangeon
|
Cazorla
|
0,626
|
Chilluévar
|
0,138
|
Hinojares
|
0,140
|
Huesa
|
0,198
|
La Iruela
|
1,803
|
Peal de Becerro
|
0,084
|
Pozo Alcón
|
0,119
|
Quesada
|
1,718
|
Santo Tomé
|
0,124
|
Existen diversos factores que influyen en la
dispersión o concentración del hábitat, como por ejemplo el medio físico, las
vías de comunicación o la organización del suelo.
Si observamos el
mapa físico de Sierra de Cazorla, vemos que apenas hay municipios a más de 1600
metros de altura, por lo que, dado el carácter abrupto de la zona oriental de la comarca,
supone un gran condicionamiento para el asentamiento humano.
Las
irregularidades climatológicas propias del clima mediterráneo y la escasez de
agua propician un poblamiento concentrado en algunas zonas y disperso en otras.
Las zonas de concentración se encuentran junto a lugares donde el acceso al
agua sea fácil. El agua es por tanto un importante condicionador de la
concentración o la dispersión del lugar. Como se puede apreciar en el mapa
anterior, este es el caso de Peal de Becerro, en el cual, las localidades se concentran a los márgenes de los ríos
o arroyos, especialmente el Arroyo Peal y el Río Toya.
El grado de
concentración también está relacionado con la superficie del municipio y las
entidades existentes. Cuanto mayor es el número de lugares habitados y mayor el
número de personas que residen en ellos, más elevado es el valor del índice, y
viceversa. Un ejemplo lo encontramos en el municipio de Quesada, con una gran
extensión superficial, lo que repercute en que el índice refleje una mayor
dispersión.
Aunque nos
encontramos con una comarca con un gran carácter montañoso, algunos municipios
no presentan este carácter muy marcadamente, por este motivo la mayoría de ellos
tienen una concentración normal. Es en aquellos municipios en los que el
relieve es más elevado es donde la concentración es mínima, ya que existen
pocos lugares llanos o adecuados para establecer el hábitat. Un ejemplo de esto
es La Iruela (1,8), ya que aunque su superficie es montañosa, presenta el mayor
grado de dispersión. Las comunicaciones entre
los municipios no son demasiado buenas debido, posiblemente, a la orografía del
terreno.
Otra
serie de factores que influyen en la concentración o dispersión del hábitat son
la organización del suelo, por ejemplo, la organización del sistema agrario o
la existencia de pastos o zonas forestales.
Como
conclusión, en las zonas llanas la concentración es mayor ya que el
aprovechamiento del suelo es más sencillo, facilitando la agricultura, las
comunicaciones, etc. Mientras que en la montaña, además de las condiciones
climáticas, el relieve supone un freno a la concentración y al aprovechamiento
del suelo, estableciéndose en ella, actividades como la ganadería o la
explotación forestal.
Para
calcular este índice no encontramos demasiada dificultad, ya que los datos son
bastante localizables en el SIMA (Sistema de Información Multiterritorial de
Andalucía) y el procedimiento no es muy largo, por lo que tampoco resulta excesivamente
complejo. El mayor problema es que, en nuestra opinión, el índice no refleja
fielmente la situación real del territorio, ya que el índice de dispersión de
varios municipios puede ser el mismo, sin embargo, la distribución de la
población puede ser muy diferente. Además, no existe un límite claro entre el
hábitat concentrado y el disperso.
Bibliografía
Zárate Martín, M.A y Rubio Benito, M.T. (2006)
Glosario y prácticas de Geografía Humana.Editorial
universitaria Ramón Areces, Madrid
Carrera, C., del Canto, C., Gutiérrez, J.,
Méndez, R. y Pérez, Ma. C. (1993) Trabajos
prácticos de geografía humana. Editorial Síntesis, Madrid
Aguilera Arilla, M. José., Borderías Uribeondo, M. Pilar., Gonzalez Yanci, M. Pilar y Santos Preciado, J.Miguel. (1993) Ejercicios prácticos de Geografía Humana. UNED, Madrid
Webgrafía
Hola,
ResponderEliminarComentarios que os hago sobre posibles mejoras a realizar sobre vuestra entrada en el blog.
Solo un apunte, en la tabla poned también la fuente de los datos, y eliminad decimales, con 2 o 3 es suficiente.
Por lo demás todo más que perfecto, buen trabajo.